Hoy quería escribir sobre motivación personal. Un tema inspirador, de esos que nos animan a reflexionar. Pero algo me detuvo: hoy cumple años Jero, nuestro capitán. Y, pensándolo bien, ¿hay algo más motivador que las personas que, como él, nos inspiran cada día con su ejemplo, sin darse cuenta? A veces buscamos referentes en personajes famosos, en grandes discursos o en las redes sociales, cuando en realidad los tenemos mucho más cerca: en nuestros amigos, en aquellos que nos acompañan y nos marcan para siempre.
Por eso, hoy no hablaré de teorías ni de consejos. Hoy contaré la historia de Jero, nuestro gran capitán, una persona cuya vida, si te detienes a observarla, te deja tocado. Porque no es solo un líder en el campo, es un ejemplo de vida.
Una lección de resiliencia
Cuando conocí a Jero, llevaba poco tiempo en el equipo. Era de esos jugadores que, aunque no digan mucho, siempre tienen un gesto, una palabra o una sonrisa para hacerte sentir parte del grupo. Pero, como todos sabemos, la vida no siempre es fácil, y a Jero le puso a prueba temprano.
Justo por entonces, Jero perdió a su mujer tras una dura enfermedad. Fue un golpe que habría dejado a cualquiera sin fuerzas. Pero él, con ese carácter suyo que parece hecho de hierro, encontró la manera de seguir adelante. Se refugió en lo más importante: sus dos hijas, su familia, y el Boscos, ese equipo que no solo es un equipo, sino una familia en sí misma.
Años después, el destino volvió a desafiarlo. Un revés laboral, un «tarantantán», como los que él sabe dar en el campo, pero esta vez en su propia vida. Fueron tiempos difíciles, pero Jero, como siempre, volvió a levantarse. Encontró un nuevo trabajo, guio a sus hijas hacia la adultez con ese temple suyo, y el tiempo, que a veces da tregua, le regaló algo más: a Zulema.
Zulema llegó desde las Islas Canarias con su energía, su sonrisa y ese aire fresco que parece haber rejuvenecido a Jero. Desde entonces, no hay quien diga que cumple años: Jero parece vivir hacia atrás, más joven y vital que nunca (es de andal).
El capitán que no deja de liderar
A pesar de su jubilación reciente (¡solo del trabajo, no del equipo ni de la vida!), Jero sigue siendo nuestro capitán. Hoy no ha podido estar con nosotros porque estaba en Canarias, disfrutando del sol y la buena vida, pero lo hemos felicitado desde la distancia. Alkate, siempre atento, logró avisarle, y Jero respondió como solo él sabe: con un grito fuerte y claro.
«Boscos tximitxurri trakatrá.»
Ese grito que nos une, que nos levanta el ánimo y que nos recuerda por qué estamos aquí, juntos.
Hoy hemos jugado contra el jugador más veterano del trofeo. Pero, sinceramente, ni de lejos mete la pierna como lo hace Jero. Esa capacidad de entrar fuerte, dejar huella y girarse como si nada hubiera pasado… esa es su marca. Frases como «¡Al balón!» o «No la he tocado» ya son historia en el Boscos.
¿Aquel día en la Txantrea? Alkate, como no, grabando, Jero insistiendo en que «no la había tocado», y en la bajera de Agus, los críos riéndose a carcajadas mientras él, imperturbable, seguía jurando que no había sido suya. Fue un día lleno de risas, como tantos otros que nos ha regalado. Porque, al final, Jero es eso: la chispa que hace que cada momento sea inolvidable.
Un referente para todos
A veces no nos damos cuenta de la suerte que tenemos. Nos fijamos en grandes nombres, en grandes discursos, y no vemos que a nuestro lado hay personas que han pasado por mucho, que han caído, que se han levantado, y que, con todo, siguen adelante con una sonrisa. Jero es uno de ellos.
Por eso, hoy no solo celebramos tu cumpleaños, Jero. Celebramos tu vida, tu ejemplo y todo lo que significas para nosotros. Porque contigo los partidos son más emocionantes, las sobremesas más divertidas (aunque como empiece a cantar jotas, la lía y si trae pimientos congelados, más) y la vida, sencillamente, mejor.
Te esperamos pronto, capitán. Mientras tanto, desde aquí, seguimos recordando tus frases, tus jugadas, tus «tarantantanes» y, sobre todo, ese espíritu que nos inspira a todos.
¡Felicidades, Jero! Por muchos años más de «¡Al balón!», de «No la he tocado», y de «Boscos tximitxurri trakatrá.»