Homenaje a Agus: Tres años después, seguimos FIRMES

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Diego Maquirriain

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Antes de ayer, 6 de junio, último peldaño de la escalera sanferminera, hizo tres años que falleció nuestro querido amigo Agus.

Agus estuvo con nosotros en el Boscos tantos años… primero como jugador, luego como entrenador, después como referente. Siempre presente. Hasta el último día. Se fue como vivió: trabajando, comprometido hasta el final. Una mala caída, un golpe inesperado… y la vida cambió para todos.

Faco, en el grupo, nos lo recordó. Porque Agus «sigue estando entre nosotros». No se ha ido. Vive en cada domingo, en cada convocatoria, en cada almuerzo y en cada grito de gol, si entra. En cada historia, en cada anécdota que solo él sabía provocar. Porque Agus era eso: el alma del grupo.

Y no, este grupo no es solo un equipo de fútbol. No se junta solo para jugar. Celebramos algo más: celebramos la vida.

Hay imágenes que lo dicen todo. Como esa en la bajera, junto a su hermano Luis y nuestro portero Mazinger, en su rincón de siempre, rodeado de risas, de recuerdos, de vida.

O esa otra con su inseparable Alkate. Para él, Agus construyó Alkatenea, su bajera. Poco a poco, con mimo, con trabajo, con detalle. La terminó y, como si el destino supiera lo que venía, se fue.

Agus era también San Fermín. Sanferminero hasta la médula, corredor de encierros. Basta ver la foto con su querido hermano Luis, los dos heridos tras correr un encierro, esperándoles para almorzar, pero firmes y sonrientes en Salesianos.

Los “Escobés”, como se les conocía en Boscos, eran leyenda. Guerreros en el campo, nobles fuera de él. Famosos en el Trofeo, temidos por su carácter, por su entrega. Tarjeteros, sí. “Queridos” por los árbitros… y deseados por los rivales. Jugaban con alma, con coraje, con ese gen competitivo que hacía que nunca dieras un balón por perdido. Hombres de hierro.

Recuerdo mi primer partido compartido con ellos. Fue en Mutilva, empatamos 3-3. Agus y Luis fueron estrellas en todo: en el juego, en la intensidad, en los comentarios al árbitro y también en el tercer tiempo. Cuando jugabas con ellos, sabías que el partido tenía historia garantizada.

Tenían esa química de hermanos: uno entendía lo que el otro iba a hacer antes de que ocurriera. Ese lenguaje silencioso que solo se da entre los que han vivido todo juntos. Eran un símbolo del Boscos. Inconfundibles. Irrepetibles. Inolvidables.

Y lo mismo pasó en tantas otras citas. Como en la última San Silvestre que corrimos juntos, una de tantas. Cruzando la meta entre risas, con los niños, acompañando a los «músicos» de la Pamplonesa. Una escena mágica. Y Oscar… ya esperando desde hacía rato, como siempre.

Y en el viejo colegio de Salesianos, Agus tenía su txoko junto a Joaquín, su amigo y compañero de cuadrilla. En ese rincón compartían cartas, almuerzos, chistes malos y broncas buenas. Era su espacio, su ritual, su rincón entre batallas y domingos eternos.

En un vídeo que tengo, se puede ver a Agus y Joaquín “riñendo” en Salesianos. Es como tenerlos aquí otra vez, que tiempos (pincha en el enlace):

▶️ Agus y Joaquín discutiendo

Y cómo olvidar aquel último almuerzo de San Fermín, el 14 de julio. El colegio de Salesianos estaba a punto de desaparecer, pero antes nos dejó ese regalo: risas, vino, abrazos, fotos con los críos, Alkate llevándose el cartel como recuerdo. Fue un cierre. Fue un brindis con sabor a siempre.

Y si hablamos de la bajera, no hablamos de un sitio cualquiera. Hablamos de un santuario. De un templo laico donde se cocinó media vida de grupo. Desde aquellas cenas improvisadas, con pimientos congelados de Jero (sí, congelados), hasta las rancheras, los villancicos de Navidad y las sobremesas eternas con los críos correteando.

Cómo olvidar aquel día que Alkate trajo la tele para que todos viéramos una jugada polémica. Y allí, en la pantalla, quedó claro lo que Jero negaba:
—“¡Jero, sí le habías tocado…!”



Hijos riendo, padres a carcajadas, rancheras, bromas que ya son historia. Villancicos. Cenas de pasión y de andal. La bajera fue casa, templo, patria.

En su funeral, Andoni y Maialen llevaron flores, las pusieron junto a su camiseta del Boscos y el pañuelico en el altar. Un gesto sencillo y eterno, nunca se nos olvidará.

Agus los vio crecer. Compartió con ellos Sanfermines, comidas, partidos en Salesianos y en el Sadar, gigantes en Villava, meriendas en la bajera.
Y en esa foto, cómo no, Laura. Su hija. A su lado. En su sitio. Con esa mezcla de orgullo, ternura y confianza. Porque también ella lo vivió todo, desde niña. Y lo guarda. Como nosotros.

Recuerdo especialmente aquel almuerzo del 8 de mayo de 2022. Aún lo tengo grabado en vídeo. Fue uno de esos días que, sin saberlo, se convierte en despedida. Jero entonó su grito de guerra, como siempre. Agus estaba allí, junto a Joaquín, riendo, bromeando, con esa energía que contagiaba.
👉 Pincha aquí para ver el vídeo del almuerzo con Jero, Agus y Joaquín. No tiene desperdicio. Dura solo un instante, pero emociona para siempre. Verlo ahora… pone los pelos de punta.

En aquellos últimos tiempos, Agus comenzaba una nueva etapa. Se le notaba ilusionado, sereno, con otra luz. Fue entonces cuando apareció Elvira en su vida, pequeños planes, paseos y esa chispa de quien vuelve a mirar hacia adelante… con la misma intensidad de siempre.

Y aún hay más. Porque Alkate, como no podía ser de otra manera, preparó dos vídeos-homenaje que son pura emoción. Si aún no los has visto, resérvate unos minutos y pincha. Son oro.
👉 Vídeo homenaje I
👉 Vídeo homenaje II

 

En el grupo de WhatsApp del equipo, entonces,  el nombre lo decía todo:



“FIRMES”, como decía Agus. Como era él. Como quería que fuéramos. Sargento de hierro, pero con el alma más blanda del mundo.

Nos quedan también sus viñetas de Alkate,  sus frases míticas, sus abrazos, sus broncas con corazón.
 

Y si quieres perderte un buen rato, aquí tienes el álbum histórico con fotos de todas las temporadas en las que jugó Agus. Localizado por Josemari. Una joya.
👉 Álbum histórico Boscos – con Agus

 

Gracias por tanto.
Gracias por tu amistad, por tu entrega, por tu voz que aún nos resuena.
Gracias por tu legado. Por tu ejemplo.
Por enseñarnos a ser firmes sin dejar de ser humanos.
Por reír, llorar, luchar y vivir a tu manera.

Porque Agus no se ha ido.
Porque sigue en cada uno de nosotros, como dice Faco.
En nuestras canciones, en nuestras comidas, en nuestros domingos.
En tantos ratos compartidos en tu bajera.
En cada grito de guerra, en cada balón dividido, en cada copa brindada en su nombre.
En cada Boscos, Tximitxurri, Trakata.

Agus está en esa bajera donde se cocina más que comida.
Seguro que también en Alkatenea, donde lo dejó todo al detalle.
Está en nuestros hijos, que escuchan atentos la historia de un tal “Escobés” que lo daba todo.
En el que nunca se borró, ni cuando perdió.
Está en el grupo. En el equipo. En nosotros.

Y cuando dentro de muchos años alguien pregunte:
—¿Quién fue Agus?

Que alguien diga:
—Fue uno de los nuestros.
Uno de verdad.
Uno de los que dejan huella.
Uno de los que nunca se van.

Y gracias también a los que han seguido.
A Josemari, que recogió el testigo de Agus y ha mantenido la llama encendida.
Porque como él escribió el pasado viernes:

“Mientras lo tengamos presente, no desaparecerá”.

Firmes, Agus. Siempre firmes.

 

Sobre el autor

Diego Maquirriain

🚀 Transformar ideas en impacto real

No se trata solo de lo que haces, sino de cómo lo haces y por qué lo haces. A lo largo de mi trayectoria, he aprendido que el conocimiento no sirve de nada si no se comparte, que las mejores oportunidades nacen de las relaciones auténticas y que el éxito no es solo un destino, sino la huella que dejas en los demás.

Durante más de 20 años he trabajado en liderazgo, estrategia y gestión de proyectos en sectores tan diversos como el marketing, las ventas, la innovación y el desarrollo social. Desde la creación y dirección de la Fundación Osasuna, donde aprendí el valor de las alianzas estratégicas al gestionar más de 500 patrocinadores, hasta la dirección de proyectos en Nicaragua, donde lideré iniciativas que generaron un impacto social tangible.

Mi paso por el mundo corporativo, en compañías como TICNA y Q+D, me ha permitido desarrollar estrategias avanzadas en marketing digital, ventas e inteligencia artificial, logrando resultados medibles y transformaciones reales en negocios y organizaciones.

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Porque creo en el poder de compartir experiencias y aprendizajes. Si hay algo que pueda ayudar a alguien, entonces este espacio habrá cumplido su propósito. Aquí no se trata de vender nada, sino de aportar valor, de inspirar, de conectar.

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